sábado, 13 de febrero de 2010

EL DÍA QUE ARRUINÉ UNA VENTA PARA PHILIP MORRIS


Yo me encontraba sin trabajo y mi amigo Martín Cerna me abrió las puertas de La Tabacalera de El Salvador allá por septiembre de 1997. Yo había trabajado 8 meses con ellos allá por 1993 como vendedor rutero en donde tuve a cargo la ruta 217, la peor ruta de Santa Ana.

Debido a mi experiencia con el producto y con el ruteo, Martín consideró en darme la posición de Gerente del Proyecto Hand Held. Las Hand Held eran unas micro-computadoras que guardaban toda la información de una ruta específica como las cuentas por cobrar, el inventario del vehículo, los clientes por visitar, cuanto era el monto recibido por contado y por el pago de facturas anteriores, si los clientes eran consumidores de crédito fiscal o consumidor final, etc.

A principios del proyecto me acuerdo que tuve el típico choque con la gente de Sistemas…Si, ese raro departamento a quien para ellos, nosotros somos conocidos como “Dino-usuarios”. Era un proyecto novedoso y bastante original al que Sistemas no quería soltarlo, pero con ellos el proyecto no adelantaba es mas, estaba atascado. Al final tuvimos acceso a el y aprendimos a usar la maquina, hicimos un manual de entrenamiento, impartimos las clases teóricas y practicas y se implementó en las 47 rutas que en el momento la Tabacalera tenía para cubrir lo ancho del territorio nacional.

Al pasar los años me convertí en “hand held”, en vez de Amílcar. Si la maquina fallaba, muchas veces yo solo la revisaba y de repente funcionaba. Todo esto era el fruto de la práctica que tenía con ello, pero por eso me gane la confianza de muchos departamentos.

A principios de 1999, los directores generales decidieron poner como Director Comercial a Estuardo Ortiz, un guatemalteco muy capaz e hiperactivo, que simplemente lo enviaban a una operación pequeña como era El Salvador, para entrenarlo y posteriormente llevárselo para Nueva York en donde estaban las oficinas centrales. Lo primero que hizo fue cambiar el nombre de Tabacalera de El Salvador a Philip Morris. Guatemala y Costa Rica se luchaban por ver quien mandaba más en el área y ninguneaban cada decisión tomada en El Salvador. El poder que tenían se debía a que ambos poseían fábricas de producción. En El Salvador solo había distribución. Me di cuenta que a los ticos cuando hablaban con los chapines decían cosas como: “¿Y que tal las cosas por ‘Guatepeor’?”…se sentía en el ambiente, que para ellos no había discusión de que ellos eran los mejores del área. De ahí venía un deseo interior en Estuardo de demostrar a los ticos que un chapín podía cambiar las cosas en El Salvador.

De vez en cuando, cuando la meta se miraba muy difícil de alcanzar Estuardo y los gerentes de ventas, entre los que se encontraba Martín, decidían hacer una doble venta para llegar a la meta. Una doble venta es decirle al cliente que no se iba a pasar la siguiente semana, así que debía de comprar el doble para cubrir las dos semanas.

Martín le tocó ir a Costa Rica a una reunión de gerentes en donde se mirarían como iba el negocio en los diferentes países. Cuando toco El Salvador, se encontró que estaba en un déficit y que esto repercutiría en la imagen que se empezaba a dar de mejoría con el que se había luchado desde que Estuardo llegó. Antes de ir a Costa Rica, Estuardo había llegado al acuerdo (de manera confidencial) de que si los resultados no eran favorables, se debía de realizar una doble venta para poder mostrar buenos resultados. En ventas, el punto no era ¿Qué pasara el próximo mes? Si no que salvemos este mes y del próximo mes nos preocuparemos mañana…algo con base bíblica, pero que no creo que lo hayan tomado de ahí. En esa época ya teníamos celulares pero el roaming estaba fuera de consideración y el e-mail era un tabú. Así que Martín, desde Costa Rica, buscó desesperadamente a Estuardo pero éste, como todo buen gerente, no se encontraba en su puesto de trabajo, es mas había salido de la empresa. Y coincidentemente ninguno otro pudo ser encontrado. El tiempo pasaba y Martín no se había podido comunicar con Estuardo…Entonces, se le iluminó la cara al acordarse de mí, que no tenía pretexto para no estar en la oficina.

“Amilcar, mira busca a Estuardo y decile que la doble venta va, ¿me oíste?…pero pasa la información que es importante”…Dicho y hecho, busque por cielo y tierra a Estuardo, su secretaria tampoco estaba….hmmm…y ahora que lo pienso…bueno, Claudita no se miraba como de ese tipo, así que pensaría que no hubo nada malo.

Como ultimo recurso entre a la Presidencia en donde se encontraba la omnipotente secretaria de la presidencia. Le pregunte por Estuardo y ella me dijo que tampoco lo había visto, inmediatamente entro Don Jorge Zablah, el presidente de la empresa. “Hola Amílcar ¿Para que buscas a Estuardo?” “Ehhh, yooo...Ehhh…pues Martín le quería dar un mensaje a Estuardo” le respondí “Dámelo a mi” me dijo don Jorge….

Jorge Zablah es uno de los pocos empresarios que he conocido que son correctos. Un día iba subiendo las gradas de la empresa y me topé con el y me detuvo para platicar haciéndome ver que el había conocido a mi papá…el no tenia necesidad de hacerlo pero lo hizo. Por eso cuando me preguntó, le respondí que Martín había sugerido hacer una doble venta. “No Amílcar, eso no se puede hacer porque yo estoy en contra de eso, tu me entenderás pero estas cosas no me gustan que se hagan porque no es lo correcto”…. ¡gulp!

Como se imaginaran, la doble venta no se llevo a cabo, los gerentes recibieron su reprimenda y después me gane por un tiempo la muerte civil con ellos, que solo me dirigieron la palabra si era necesario. Resulte ser una decepción tanto para Estuardo como para Martín ya que “no pude trabajar en equipo”, y porque lógicamente, además de la reprensión, no se llego a la meta y se perdieron bonificaciones y comisiones que ellos ganarían…pero como equipo, yo no recibiría nada de eso al final.

En mi defensa solo estaba en que nadie me dijo que esto era un secreto y que Don Jorge no debería de enterarse. Yo no conocía bien a Don Jorge y a la vez pensaba que como el era el presidente, nada se le debía de esconder. Posteriormente, las cosas cambiaron, pero principalmente porque entre mas me acercaba a Dios, había algo dentro de mí que me decía que ya no debía estar ahí, porque el cigarro es un vicio y es dañino para la salud. ¿Es malo el cigarro en vedad? Yo creo que el producto en si no. Lo que pasa es que como es adictivo, el cigarro sirve para saciar una ansiedad producida por el mismo producto. La gente cree encontrar cierta paz con el cigarro, cuando no saben que esa paz y ansiedad puede ser satisfecha si se busca a Dios.

Al tiempo Dios movió fichas y logre salir de ahí yéndome a otros lugares en donde seguí haciendo destrozos que son dignos de contarse en una futura ocasión.

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