El hijo del Oficial del Rey estaba muy enfermo, lo más seguro es que moriría
si no pasaba algo sorprendente e inesperado. Por eso aunque el trataba de
seguir con sus obligaciones como todo buen oficial, la preocupación no lo
abandonaba ante el simple hecho de pensar lo que le podría pasar a sus hijo.
Este oficial del Rey se encontraba destacado en Capernaum junto al Mar de
Galilea. De repente tuvo noticias alentadoras. Un tal Jesús que hacía milagros
estaba en Caná de Galilea. ¿Qué exactamente había el escuchado de Jesús? No se
sabe. Pero las noticias que había recibido eran lo suficientemente
esperanzadoras para él para tratar de ir hasta donde este Jesús se encontraba
para convencerlo de que fuera a Capernaum para que sanase a su hijo.
Es interesante el
saber que hoy en día, Caná de Galilea no existe como ciudad y hay varias teorías
que explican donde estaba situada y la que más se acerca es que se encontraba
en lo que es hoy en día la ciudad Kafr Kanna que se encuentra a unos pocos kilómetros
al noreste de Nazaret. Por consiguiente el Oficial del rey se traslado
aproximadamente 39 kms. desde Capernaum para ver a Jesús.
Cuando finalmente vio a Jesús, El oficial del rey le dijo: Señor, desciende
antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu
hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se
fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron
nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó a qué hora había
comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la
fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le
había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda
su casa.
Es interesante ver como la fe de este hombre cambió con una simple y
sencilla frase de Jesús. Este hombre tenía fe, pero era una “fe egoísta” porque
él era “Oficial del rey” y estaba acostumbrado a mandar por eso en primer lugar
el casi le exigió a Jesús: “Señor, desciende antes que mi hijo muera”…Si Jesús
no lo hacía como el quería, posiblemente su hijo no iba a sanar o por lo menos
eso era lo que él creía.
A veces nosotros oramos a Dios y le decimos como El debe de hacer las cosas, porque así creemos nosotros
que es la mejor manera de resolver nuestros problemas.
Pero algo hizo que este hombre
cambiara de parecer ya que después que el hombre oyó las palabras de Jesús “Ve, tu hijo vive”, su fe cambio a una fe que espera y confía
en Dios e inmediatamente se regreso a su ciudad. Por eso es más fácil tener fe,
después de escuchar la palabra de Dios. Cuando nos exponemos a la Palabra de
Dios, nuestra alma se alimenta en el interior y el propio Espíritu Santo nos da
convicción de que Dios nos va a ayudar.
Ahora el escuchar no es suficiente…hay que creer a la palabra de Dios y
actuar. Si nosotros queremos creer en Dios, El nos dará la
capacidad espiritual para hacerlo…Este
hombre escucho la palabra y la creyó. La fe es una respuesta a Dios
mismo, no a sus obras ni a sus Milagros…Este hombre creyó antes de que el
milagro se hiciese. Este hombre fue cautivado por la simple presencia de Jesús
al que vio cara a cara.
Entonces para que nuestra fe sea efectiva nosotros debemos hacer lo que
este hombre hizo:
- 1. Escuchar la palabra de Dios
- 2. Creer la palabra de Dios
- 3. Obedecer la palabra de Dios (Descansar en la palabra de Dios)
El libro de SANTIAGO, Capitulo 2 versículo 26 dice “Porque como el cuerpo
sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”
Este hombre actuó por fe. ¿Cuánto tiempo paso desde que Jesús le dio la
palabra y el hombre llego a su casa y le dieron la noticia de que el hijo
estaba bien?
Jesús estaba en Cana de Galilea y el hombre era de Capernaum. Como ya vimos
hay como 39 kms de distancia. Ya que él era un hombre noble seguramente andaba
en carruaje o a caballo. El se pudo tardar talvez unas cinco horas ¡Pero él se
tardo casi 24 horas en llegar! Ya que los siervos le dijeron que a su hijo se
le quito la fiebre el día anterior como a las 7, a la misma hora que Jesús hablo con el…El
Oficial del Rey no tuvo ninguna prisa por regresar a su casa porque el DESCANSO
EN LA PALABRA QUE DIOS LE DIO…Que su hijo viviría. Y lo más hermoso es que por
su paso de Fe, no solo creyó el, si no que toda su casa se salvo también.
El Salmo 37:5 lo resume todo a la perfección: Encomienda a Dios tu
camino,
Y confía en él; y él hará
Y confía en él; y él hará