domingo, 6 de noviembre de 2016

CHARLTON HESTON ZELAYA


Siempre he sido muy aficionado al cine y de alguna manera conozco a los actores y actrices de renombre de los últimos tiempos. Recuerdo con mucha gracia cuando yo tenía 7 años y mi hermano mayor me dijo “Mira, ese es Charles Bronson. ¡Es uno de los mejores actores que existen!”

Viniendo de mi hermano mayor, mi ídolo, eso me dejo muy marcado. Debe de tener razón, así que me propuse disfrutar de cada una de las películas de Mr. Bronson. Es por más decirle que hice mi mejor esfuerzo pero llegue a la conclusión que sus películas eran muy malas, que él era un mal actor y que definitivamente mi  hermano no sabía mucho acerca del séptimo arte. Fue la primera vez que me di cuenta que los ídolos se caen…Solo Jesús no nos decepciona.

Pero dentro de los actores clásicos están Charlton Heston. Lo vi por primera vez en “El Planeta de los Simios”, después me di cuenta que era el clásico Moisés de “Los diez Mandamientos” y como olvidar su soberbia actuación en “El Mundo Según Wayne 2”. Un buen actor y con una trayectoria intachable.

Mientras trabajaba en un taller, me di a la tarea de servir a un dueño de una flota de camiones que era atendida por el taller. Cuando de repente me doy cuenta que este cliente tiene el nombre de ¡¡¡CHARLTON HESTON ZELAYA!!! Primer nombre CHARLTON, segundo nombre HESTON, apellido ZELAYA.

Con la diplomacia, buen tacto, prudencia y delicadeza que me caracteriza, asumí demencia y no quise ser demasiado impertinente ni obvio. “Buenos días Don Charlton” le dije, Don Charlton me respondió con una sonrisa y empezamos a discutir el trabajo que se le iba a hacer y que él estaba dispuesto a esperar.

De platica en platica, no me acuerdo como fue que llegamos a ese punto de la conversación, pero  me empezó a explicar que el prácticamente se apropió de las características de su nombre. Él no se sentía avergonzado, el admiraba a Heston y de niño le gustaba jugar inventando historietas en donde el héroe era algún personaje interpretado por Heston, no tenía que ser obligatoriamente una película de él, solo bastaba que Charlton Heston podía haber interpretado esa escena.

Una vez él me dijo que estaba jugando en el baño de su casa, dentro de la bañera la cual estaba separada del inodoro y el lavabo por una cortina de baño. La idea era que el personaje de Heston era un capitán de un submarino, así que la bañera era un buen lugar para el diseño artístico de su imaginación y que esta fuera un submarino. Eso sí, sus juegos eran secretos porque no le gustaba que sus familiares lo vieran hablando solo mientras jugaba.

Aparentemente el submarino estaba atrapado debajo de un glaciar cerca de la Unión Soviética con una docena de misiles Polaris  y el oxígeno estaba a punto de acabarse, El capitán debía de idear un plan genial para sobrevivir tanto él cómo los cientos de hombres que estaban a su cargo en el submarino.

Cuando ya se iba a tomar la crítica decisión, la catástrofe se asomó por la puerta del baño.

Alguien entró al baño dispuesto a cumplir con sus más que sagradas necesidades fisiológicas. ¡Tragedia! ¿Qué hacer? El abanico de soluciones no se abrió completamente ya que las emociones de Charlton rozaban el ridículo, la ignominia y la incomprensión. ¿Cómo responder a la pregunta de qué estaba haciendo en el baño? Así que a falta de una respuesta lógica, objetiva, cuerda, sensata y serena, Charlton decidió quedarse petrificado, bueno, no fue una opción. Simplemente no se pudo mover.

Ese día era sábado y había una celebración familiar de modo que no sabía quién entro. De repente empezó a escuchar sonidos extraños pero propios de una persona que esta honestamente tratando con sus necesidades fisiológicas. Lo inevitable vino después, el olor empezó a convertirse en una insoportable experiencia que ni siquiera se podía comparar con la falta de oxígeno que los hombres del submarino estaban experimentando, eso era pan comido. ¿Salir o no salir? La respuesta fue automática, Charlton se inclinó dentro de la bañera acurrucándose y escondiendo la cabeza dentro de sus brazos para poder aguantar el suplicio por el que estaba pasando.

De repente su primo, Kirk Douglas Zelaya,  llegó a la puerta del baño “¿Liduvina, estas en el baño?” “Si, ya salgo”…Ahhhh chiiiiisss….Era la esposa de mi primo Kirk Douglas, La Liduvina, dijo para sus adentros Charlton. Pero dentro de la tribulación hubo un rayo de luz, ella había dicho “…Ya salgo”

“Aguanta Charlton, aguanta” se daba animo Don Charlton esperando por el milagro. Al final de cuentas y para no hacérmelo más largo, me comentó que Liduvina terminó con sus diligencias, echo el agua y salió del baño. Charlton esperó un tiempo prudencial y después de unos minutos, salió del baño sin que nadie se diera cuenta.

Kirk Douglas y Liduvina se fueron y Charlton en su inocencia se acercó con un semblante cariacontecido que sus papas le preguntaron qué había pasado. Charlton lo contó todo y sus papas en vez de regañarlo se pusieron a reír. Dice que él no recuerda haber visto a su papa reír tanto, aparentemente la prima Liduvina no era mucho de su agrado y ahora tampoco lo era de Don Charlton. Para cuando terminó de contarme la historia, el servicio de sus camiones ya estaba listo.

Los nombres en La Biblia tienen un gran significado también y en su mayoría de veces influenció en el comportamiento y la forma de vivir de las personas. Al principio Israel se llamó Jacob, que significaba “usurpador”, Isaac fue llamado así porque Sara se rió al saber que iba a tener un bebe. Abraham era padre de naciones.

Ahora imagínense que nombres tan distintivos tiene nuestro Dios. Unos pocos ejemplos son:
·         El Anciano De Días: Sólo Dios puede decir, desde la antigüedad, las cosas que todavía no se han hecho

·         Jehovah-Yireh: El Señor Proveerá. ¿Qué más podemos agregar a este nombre?

·         Abba: "Papá” Abba" es una palabra aramea que significa "Papá, papito". Es una expresión de cálido afecto, intimidad y respeto por el padre de uno. Ahora, para algunos eso podría parecer una forma irreverente de dirigirse a Dios, pero Jesús llamó a Dios "nuestro Padre", en Mateo 6:9, y nos dio a nosotros el mismo derecho. 


No importa cómo le llamemos. Dios, por las características de sus múltiples nombres, nos da a conocer que es alguien que estará con nosotros en todas nuestras aflicciones. Él nunca dijo que no tendremos aflicciones, pero sí que confiáramos en El en todo momento si lo aceptamos en nuestro corazón como nuestro Señor y salvador de nuestras vidas.