domingo, 14 de diciembre de 2014

LA DIFERENCIA ENTRE ISAAC Y EL PROFETA AHÍAS

ISAAC
La historia de Isaac y Jacob es una de las más conocidas de La Biblia. Me llamó la atención desde que vi las ilustraciones que en el colegio me ensañaron de un Isaac ciego tocando los brazos de Jacob, cubiertos por piel de cabrito con Rebeca de cómplice (raro de ver en una madre), que es la que muestro aquí.

La historia de amor entre Isaac y Rebeca es de las más bonitas de La Palabra. Rebeca era hermosa, inteligente y una mujer diligente. Isaac era el hijo de la promesa y un hombre muy bueno que siempre busco hacer la paz y por eso fue recompensado por Dios. Pero aun así tuvieron problemas. Dios le había profetizado a Rebeca que el mayor (Esaú) serviría al menor (Jacob). Esto ha de haber condicionado a Rebeca pues su favorito era Jacob, mientras que Isaac prefirió a Esaú.

Dios había prometido la primogenitura a Jacob pero él no espero y trato de "ayudarle" a Dios y no le dejo actuar. Primeramente le compro la primogenitura al insensato de Esaú por un plato de frijoles...Después entro en escena Rebeca.

Rebeca se entero que Isaac quería bendecir a Esaú, pues el estando ya anciano y ciego sentía que ya se iba a morir. Isaac le pidió a su hijo que le fuera a cazar un cabrito y que se lo cocinara como a él le gustaba y que después le iba a bendecir. Rebeca llamó a Jacob y le informa sobre la intención de su padre urgiéndole que suplantara a Esaú para que él fuera el que recibiera la bendición.

La Biblia es única. Es el único libro que muestra el origen humilde, los errores, fracasos y otros problemas de los reyes, profetas y patriarcas. La mayoría de historias de las civilizaciones y pueblos antiguos no son totalmente objetivos, porque presentan las partes sobrenaturales de sus reyes y gobernantes, olvidándose del pueblo y de los fracasos de los reyes. A diferencia de las biografías antiguas (que rayan en leyendas) y actuales, que tratan de encubrir la parte obscura o negativa de la gente, La Biblia muestra con mucha franqueza los pecados y errores de sus personajes.

Y esta situación le causo terribles consecuencias a estos cuatro personajes: Rebeca incitó a Jacob a engañar a su padre. Rebeca vio como su hijo tuvo que huir porque su propio hermano quería matarlo. También se cuenta que las mujeres de Esaú le amargaron la vida tanto a ella como a Isaac.
Jacob era un buen hombre y por si solo el no pudo haberse ideado un plan como este, pero eso no le exculpa ya que el mismo le mintió a su padre hasta tres veces cuando le confirmó que era Esaú. Las consecuencias fueron duras para él, ya que con el pasar de los años el mismo dijo que hasta 10 veces había sido engañado y cuando estuvo frente Faraón por su hijo José, Jacob le dice que sus años han sido pocos y malos.

Esaú, debido a que el desechó la primogenitura, fue también desechado por Dios al punto que su descendencia desapareció.

Pero Isaac que fue engañado y estaba ciego ¿Tiene culpa? Esto es un punto interesante. Isaac tuvo sus dudas de si Esaú era el que le llegó a visitar. Cuando llega Jacob, Isaac se sorprende que haya regresado tan rápido con el guisado y el pan que Rebeca le había preparado tal como le gustaba a Isaac. Después de palparle los brazos a Jacob, Isaac dijo "La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú" y dice La Biblia que no le conoció. Y hasta por tercera vez le pregunto si él era Esaú. Aun no estando seguro de que era Esaú le bendijo.

AHIAS
Ahías fue un profeta de Silo que vivió en el Siglo X antes de Cristo y se le menciona poco pero particularmente se habla de él en 1a. de Reyes.

Jeroboam fue el primer monarca del norteño Reino de Israel, tras la muerte de Salomón que condujo a la división del reino. Después de la muerte de Salomón, Jeroboam desobedeció a Dios e instauró la idolatría a otros dioses.

Jeroboam tuvo un hijo, Abías que enfermó gravemente. El Rey conocía que Ahías era un hombre de Dios, pero en ese momento ya era anciano y también era ciego. Jeroboam quería saber si Dios iba a sanar a su hijo y le dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi esposa y ve a ver al profeta Ahías en Silo, el hombre que me dijo que yo sería rey. Llévale de regalo diez hogazas de pan, algunos pasteles y un frasco de miel, y pregúntale qué le sucederá al niño».

Antes que la esposa llegara a la casa de Ahías, Dios le dijo al profeta sobre el engaño que le querían hacer y le dijo lo que tenía que decirle a ella.

Así que, cuando Ahías oyó los pasos de la mujer en la puerta, le dijo: « ¡Entra, esposa de Jeroboam! ¿Por qué te haces pasar por otra persona?». Luego dijo: «Tengo malas noticias para darte. Llévale a Jeroboam, tu esposo, este mensaje del Señor, Dios de Israel: “Yo te saqué de entre la gente común y te hice gobernador de mi pueblo Israel. Le arranqué el reino a la familia de David y te lo entregué a ti; pero tú no has sido como mi siervo David, quien obedeció mis mandatos y me siguió con todo el corazón y siempre hizo lo que yo quería.  Tú has hecho cosas más malignas que todos los que vivieron antes de ti. Te has hecho otros dioses y me has enfurecido con tus becerros de oro. Como me has dado la espalda, traeré desastre sobre tu dinastía y destruiré a cada uno de tus descendientes varones, tanto esclavos como libres, en todo Israel. Consumiré tu dinastía real como se quema la basura, hasta que toda haya desaparecido. A los miembros de la familia de Jeroboam que mueran en la ciudad, se los comerán los perros y a los que mueran en el campo se los comerán los buitres. Yo, el Señor, he hablado”».

Después Ahías le dijo a la esposa de Jeroboam: «Regresa a tu casa y cuando entres en la ciudad, el niño morirá. Todo Israel llorará su muerte y lo enterrará. Él será el único miembro de tu familia que tendrá un entierro apropiado, porque este niño es lo único bueno que ve el Señor, Dios de Israel, en toda la familia de Jeroboam. Entonces la esposa de Jeroboam regresó a su casa, y el niño murió en el momento que ella atravesaba la puerta. ¡Que "yuca"! ¿Verdad?

Aquí hacemos un paréntesis debido a que muchos agnósticos, ateos o necios como les dice La Palabra denuncian lo terrible que son los juicios de Dios, específicamente en el Antiguo Testamento. Y que esto es poco ya que había veces que cuando ordenaba a Israel a atacar un pueblo enemigo, les ordenaba que mataran hasta a los niños para que Israel no se contaminase de otros pueblos idólatras. Y esto se debe a que en esta época simplemente no existía la gracia. Hoy sí, gracias a nuestro Señor Jesucristo. Lo que no hay que perder de vista es que Dios es bueno, pero también es justo.

Vemos ahora el paralelismo en ambas situaciones. Tanto Isaac como Ahías eran ancianos y ciegos, pero Ahías si pudo distinguir el engaño e Isaac no. Y si pudo hacerlo porque él no descuido su comunión con Dios. Jeroboam sabía que Ahías le daría palabra de Dios, claro no era lo que esperaba, pero sabía que él estaba en constante comunicación con Dios. 

En cambio parece que Isaac se descuidó en eso. Si no veamos en que estaba pensando en sus posibles últimos momentos de vida: Comer el guisado que tanto le gustaba en vez de invocar a Dios para que lo guiara con sus ojos espirituales, el trató de ver la verdad con los ojos humanos y aunque no conoció a Esaú, este lo bendijo.

Isaac fue un  gran patriarca, pero si el que fue un hombre bueno y aprobado por Dios y aún así se descuidó. ¿Cuanto más yo puedo descuidarme? Y me lo pregunto porque es una realidad palpable que me ha ocurrido y que me puede seguir ocurriendo si no busco a Dios, leyendo su Palabra y pidiéndole que se haga su voluntad y que me perdone por toda mi insensatez...Sobre todo, que me otorgue paciencia mientras espero su respuesta...Que llegará


viernes, 5 de diciembre de 2014

COMO SOBREVIVIVIR AL CHIKUNGUNYA SIN SIQUIERA INTENTARLO


Para empezar el nombre es “fello”, si con “ll”. ¿No pudieron inventarle un nombre más tropicalizado a nuestras necesidades?

Al principio no me llamo la atención, pero de repente en mi trabajo los empleados empezaron a caer víctimas de esta enfermedad como si fueran piezas de domino. Luego venían las historias de las fuertes fiebres, los dolores musculares, ¡Hasta que no podían ni siquiera levantarse para ir al baño!

Después vino la preocupación de que pasaría si yo era víctima de esta terrible enfermedad. ¿Cómo se podría dejar el trabajo tanto tiempo? Pero entonces me acorde cuando hace más o menos 20 años, me salió un quiste sebáceo en el centro de la espalda y que tuvo que ser operado. En esta ocasión fue operado por el Dr. Julio Mendoza.

El punto fue que el Dr. en toda su sabiduría me dijo que me iba a dar 7 días de incapacidad a lo cual yo respondí que eso era inaceptable, que como iba a dejar la Serviestacion en donde trabajaba tanto tiempo, yo sentí que eso era irresponsable de mi parte al estar comprometido con la empresa.

Me acuerdo que mi querido jefe Don Pedro Guerra (http://conocealcreador.blogspot.com/2009/08/don-pedro-kike-y-la-cajera.html)

El me dijo “Mire ´mano´ si le dan unos días de incapacidad pero si usted al tercer día se siente bien, vengase a darse una vuelta”…Y el idiota de José Amílcar lo hizo. Llegue todavía con los puntos supurándome en la espalda…¡¡¡pero lo hacía por la empresa!!! Un par de años después, cuando decidieron recortar personal no se acordaron de eso y me despidieron. Desde entonces, las incapacidades son sagradas.

Todo empezó la noche de un jueves cuando el hombro me empezó a doler, claro como he sido un deportista de alto rendimiento, varias veces me he lastimado ese hombro. Pero de repente me empezó a doler el dedo y no me acordaba habérmelo doblado.

El viernes fui a trabajar con las mismas dolencias pero no me preocupe mucho. No fue hasta las 2 pm que entonces me dolían las rodillas para levantarme y empezaba a tener temperatura. En ese momento me di cuenta que tenía la dichosa enfermedad. Cuando llegamos a la casa con mi familia, eran las 5pm y casi me arrastré del carro para llegar a la casa y ya tenía 38.7 grados de temperatura.

Me acuerdo que acostarme fue una de las sensaciones más reconfortantes que he experimentado debido a lo fuerte que ataca esta enfermedad a los músculos. Y de ahí no me pude volver a levantar. Para ir a cenar, tanto mi esposa como mi hijo me ayudaron a levantarme. Ya parado no hay mucho problema, siempre hay dolor pero el hecho de doblar las rodillas era imposible, no había manera de que mis rodillas soportaran levantarme.

Afortunadamente mi esposa se entero de un “menjurje” que decía que ayudaba a aliviar el dolor en las coyunturas. Es un té de hojas de palo de mango, palitos de canela y pimienta gorda. Como alguien que no tiene nada que perder, me tome ese té varias veces durante la siguiente hora y media. Después de ese tiempo intente pararme y lo que no pude hacer antes, lo pude hacer esta vez (como ir al baño, era una preocupación menos)…al final para mi, ese menjurje me ayudo a aliviar un poco el dolor, no a quitármelo, pero si pude valerme por mi mismo…pero faltaba lo mejor
En la noche de ese viernes me vino un fiebre tan fuerte que hasta empezaba a medio delirar. Toda esa noche y parte de la madrugada pasé con una toalla mojada para refrescarme la cabeza y la cara debido a la alta temperatura que tuve. Nunca supe a cuanto llego la temperatura porque no me la quise tomar. Lo que si se es que al día siguiente me sentía bastante mejor y al tomarme la temperatura, el termómetro marcó 39.1 grados.

Ya lunes en adelante la fiebre mermo, pero el famoso rash apareció hasta el jueves. Una semana después volví al trabajo pero la sensación de debilidad y cierta depresión lo acompañan a uno por un tiempo indeterminado. Al mes de haberme dado la enfermedad, un domingo me quise levantar en la mañana de la cama y un terrible dolor en la rodilla derecha me lo impidió, la famosa recaída me había alcanzado…nada que un buen menjurje no pudiera aliviar.

Escribo esto porque he notado que solo las personas que les ha dado esta enfermedad me entienden, con excepción de mi esposa e hijo que vieron de primera mano lo interesante que me trato esta enfermedad, que no se la deseo a nadie.

Muchas cosas se pueden aprender de esta experiencia, pero la más valiosa vino de mi hijo de 10 años.

Estando postrado en la cama, el primer día de la enfermedad y con una fiebre muy alta, mi hijo me dijo “Bueno, las fiebres altas pueden ser mortales en adultos mayores”

En ese momento se me vinieron varios pensamientos y preguntas en un segundo ¿Qué trata de decirme? ¿Me voy a morir ya? ¿Soy un adulto mayor? Después de mi auto evaluación le pregunte “¿Crees que me voy a morir?” El sencillamente me respondió “No, porque el Señor Jesús te va a sanar” me dio un beso y se fue a ver “El Precio de la Historia”
Si siempre tuviera la fe de un niño…todo sería más fácil.