Ha de ser fácil ser presidente
Siempre he tenido cierta
admiración por hombres que debido a su carisma, dominio de la palabra y auto
disciplina se han convertido en presidentes de una nación…después se arruinan.
Pongo por ejemplo la presidencia
de Estados Unidos. Cualquiera que llega a ser presidente de ese país es digno
de ser admirado. Llámense Carter, Reagan, Bush, Clinton y hasta el siempre
atacado Nixon (aunque cuando murió, todos los que lo atacaban lloraron
hipócritamente su muerte).
En las elecciones de las últimas
décadas he seguido el proceso electoral y el escrutinio al que son expuestos es
increíble. Países como España y el Reino
Unido van más allá. Sus presidentes
tienen que ir a sus Asambleas y debatir sus aciertos y desaciertos, depende de quién
los vea.
Uno de los presidentes menos
querido en México es Carlos Salinas de Gortari. Actualmente vive entre Europa y
los Estados Unidos pero se le achaca
haber robado dinero del estado. Fue el último presidente al que se le asignó
una partida presupuestal cuyo gasto no estaba sujeto a comprobación, denominada
comúnmente partida secreta. Aun así lleva una vida tranquila donde es consejero
ejecutivo del Grupo Dow Jones.
Su forma de hablar era pausada
pero con sentimiento, lo que hacía que su discurso político se convirtiera en algo cercano a la
gente. Una vez vi al periodista mexicano Jorge Ramos entrevistándolo y por más
que lo intento no pudo lograr que Salinas de Gortari dijera que él había robado
dinero. Tanta fue la desesperación de Ramos que llego a decirle “¡Pero es que usted
robo dinero!” a lo que Salinas de Gortari le respondió tranquilamente “Eso es
lo que usted dice” y punto final…no lo saco de ahí.
Por eso pienso que ha de ser
fácil el ser presidente.
Pudiéramos escribir páginas y páginas
acerca de los populistas que han llegado a ser presidentes de nuestras naciones
latinoamericanas en donde la corrupción, nepotismo y negligencia ha sido las
respuestas ante las promesas electorales en las que una foto con un bebe eran
votos contados a favor el populismo… Por eso pienso que ha de ser fácil el ser
presidente.
Y les daré una muestra genuina de
que tan fácil es ser presidente.
Cuando estábamos cursando tercer
grado en un colegio marista, la Señorita Albertina era nuestra maestra cuando
empezó el año, y yo le notaba como algo abultadita. Después nos enteramos que
tenía que irse por tres meses para poder cuidar él bebe que le tenían que ir a
dejar al hospital donde iba a internarse para quitarse esa panza agrandada que
ya me tenía preocupado.
Mientras eso ocurría al Hermano
Director se le ocurrió que era momento de elegir al Presidente del grado,
puesto que daba cierto “cache” y una posición de reconocimiento que elevaba el
status del estudiante que lograba ser elegido. A diferencia de las reinas del
grado, que eran elegidas dependiendo del número de boletos que el papa lograba
vender (o comprar el mismo), en la presidencia del grado se elegía al más
popular y carismático estudiante del grado.
Y la elección no era secreta.
Digamos que éramos unos 40 alumnos, simplemente se iba preguntando fila por
fila a cada alumno a quien querían como presidente. Pues esa vez, no sé si fue
por rebeldía al proceso o porque la Señorita Albertina nos había dejado
colgados y el Hermano Director nos tenía que cuidar, el grupo decidió hacer
algo fuera de lo común antes de empezar las votaciones. Y es interesante de cómo
solo con las miradas se pusieron de acuerdo en un mundo donde los términos
“redes sociales” no tenían ningún significado. Mis compañeros decidieron hacer
una farsa y…¡¡¡todos votaron por mí!!!
Empezó el primer alumno y el
Hermano Director pregunto por quién votaba a lo que respondió “Por Portillo” y así
el segundo, y el tercero, etc., etc., etc. Y yo me daba cuenta de lo que estaba
pasando porque ellos mismos me volteaban a ver y se reían después de mencionar
mi nombre. Ya por la mitad de la votación el pobre Hermano Director me dijo con
una sonrisa “Vaya que eres popular Portillo”…y yo solo le respondí con una
sonrisa por compromiso…pues así de fácil fui electo como Presidente del tercer
grado en el buen año del Señor 1977.
Ya ven… Es fácil ser presidente.
Mi presidencia no fue muy buena
porque no me acuerdo de los logros que haya tenido durante ella. Solo me
recuerdo haber estado en la organización de una tarde deportiva, que no era muy
difícil convocar porque jugar equivalía a no tener clases de Caligrafía,
Lectura o Estética.
Pero de verdad… ¿Sera fácil ser
presidente? Desde el punto de vista humano en el que el principal deseo es
salirse con la suya sin castigo alguno. Si, pueda que sea fácil ser presidente.
Pero desde el punto de vista de Dios…no creo que sea fácil.
No es fácil porque tarde o
temprano, aquí o allá la persona tendrá que responder por sus acciones
incluidas las mentiras que pudo cometer. Los presidentes que han apoyado el
aborto, tendrán que responder ante los miles de millones de muertes que ellos
aprobaron bajo la bandera que la mujer o el hombre tienen derecho sobre esa
vida que simplemente lo conocen como un feto.
En la Biblia hay muchos ejemplos
de cómo Dios reclamó cuentas a los gobernantes:
1. Empezando
por el Rey Saúl, que fue elegido por ser una persona humilde que hasta se
escondió el día que lo iban a proclamar rey. Pero el poder le corrompió de tal manera
que Dios lo desechó completamente. Saúl se suicidó con su propia espada.
2. El
gran rey David cometió un pecado de adulterio y otro de homicidio ¿y salió
impune? Por supuesto que no.
3. Los
Herodes de la época de Jesús y los Apóstoles fueron tiranos y asesinos…murieron
comidos por gusanos.
4. Uno
de los reyes más malos del Antiguo Testamento era Acab. Fue conocido por llevar
al pueblo a la idolatría y a hacer lo malo. Además se casó con una bruja
llamada Jezabel. En una batalla un joven lanzó una flecha al aire sin dirección
y esta misma alcanzó a Acab que se había disfrazado para no ser reconocido…La
justicia de Dios siempre alcanza
Vemos tanta injusticia en el
mundo y nos enojamos contra nuestros gobernantes y olvidamos en preguntarnos
¿Qué fue de los que nos gobernaron en el pasado? ¿Dónde están? ¿Hay alguna
estatua que los recuerde? Tarde o temprano esa sensación de intocables
desaparecerá. Y lo que pasa es que como no vemos el final de la película
pensamos que se salieron con la suya…pero no es así porque incluso actualmente
el gobernante que no tiene a Cristo en su corazón siente un vacío que ningún
poder ni ninguna adulación podrá llenar.
Lo bueno es que en mi presidencia
no hubo corrupción, partidas secretas ni tratos preferenciales y por eso es que
escribo este blog con la cabeza en alto y puedo decir con la cara ante el sol que
creo que fui un buen presidente…pero claro, eso, Dios me lo va a confirmar
después.