En un album de Andy
Williams que él hizo especialmente para Navidad, el hizo una mencion especial a
una columna que escribió el Pastor Jim Bishop una mañana de Navidad. Esa
columna se llamaba “Una Vida Solitaria”. Lo interesante de este relato es que
esa columna era un poema escrito por un predicador del Siglo 19, James Allan
Francis. Un poema muy conmovedor que se los comparto en este blog. Es un poema
que habla de lo que vivió y tuvo que soportar el Señor Jesus por nosotros:
UNA VIDA SOLITARIA
Nació
en una aldea desconocida, hijo de una campesina.
Creció
en otra aldea desconocida,
donde
trabajó en una carpintería hasta los treinta años.
Luego,
durante tres años fue un predicador itinerante.
Nunca
escribió un libro.
Él
nunca tuvo una oficina.
Nunca
tuvo una familia o fue dueño de una casa.
Nunca
vivió en una gran ciudad.
Nunca
viajó 200 millas desde el lugar en el que nació.
No
hizo ninguna de las cosas que suelen acompañar a la grandeza.
Mientras
todavía era un hombre joven, la opinión pública se volvió contra él.
Sus
amigos lo abandonaron. Fue entregado a sus enemigos,
y
paso a través de la parodia de un juicio.
Él
fue clavado a una cruz entre dos ladrones.
Mientras
él moría,
sus
verdugos sortearon la única propiedad que tenía en la tierra…sus vestiduras,
Cuando
él murió, fue sepultado en una tumba prestada.
Los
siglos han pasado,
y
hoy en día la suya es la figura central de gran parte de la raza humana.
Todos
los ejércitos que han marchado,
Todas
las armadas que han navegado,
Todos
los parlamentos que alguna vez han legislado,
Todos
los reyes que han reinado,
Puestos
juntos, no han afectado tanto la vida del hombre sobre la tierra
como
esta… vida solitaria.
"Para reflexionar"...
ResponderEliminarConmovedor
ResponderEliminarmuy cierto
ResponderEliminarNunca menosprecies el valor de una vida solitaria...
ResponderEliminarExpresado sin muchas vueltas.
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